miércoles, 29 de abril de 2015

PARA TI, QUE ERES MAMÁ


Dedico este post - carta a todas las mamás, a las que conozco en persona, a las que conozco solo por redes sociales, blogueras o seguidoras, y a las que no conozco pero veo en la calle, en el parque o donde quiera que yo vaya física o virtualmente, está dedicado a ti mamá donde sea que te encuentres y leas estas líneas.

Querida mamá: 

Quiero decirte que te veo, en tu rutina diaria, cada mañana corriendo contra el reloj, todavía en pijamas, preparando el desayuno y las loncheras de tus hijos y rogando porque se la vayan a comer, que estén sanos, que se alimenten bien, piensas, mientras terminas de alistarlos.

miércoles, 15 de abril de 2015

SHHH...NO SE LO DIGAS A NADIE



Hace unos días conocí a una mami en el parque, los que me conocen saben que no soy muy buena para empezar conversaciones, en realidad fue ella la que la inició y ese pequeño momento resultó ser una de las conversaciones más honestas y empáticas que he tenido con una mamá en mucho tiempo, lo resaltante del caso fue su honestidad, no fue una de esas conversaciones acerca de cómo se debe criar un hijo o de lo superdotado que es el suyo, o de lo buena y abnegada que es ella, fue más como: “sabes, no es fácil”, “meto la pata” y “no pensé que fuera tanto trabajo”, y otras cosas más que algunas madres no confesarían, que no se las dirían a nadie y menos a una extraña, pero podía entenderla, ella es una mamá que trabaja, yo me quedo en casa, pero teníamos algo en común, éramos dos mamás imperfectas y lo admitíamos, ninguna de las dos se sintió mejor madre que la otra, fue casi liberador podría decir. Y pensé en lo genial que es esto, cuánto necesitamos de estos momentos de catarsis y empatía entre mamás, es difícil para una perfeccionista como yo admitir que no la hago, que fallo y que no soy una superwoman y he llegado al punto en que no temo reconocerlo, lo admito.

jueves, 9 de abril de 2015

HIJA...QUIERO SER COMO TÚ



“Mamá levántate, ya salió el sol”, esas son las palabras con las que me despierta Ana Paula en la mañana, los días que no va al nido, si no es su papá el que me levanta, es ella, sí soy dormilona. Y empezamos el día, ella se estira, con su paciencia se viste o mejor dicho "me ayuda" a vestirse, mientras las manijas del reloj avanzan, ella no está apurada “¿Mamá a dónde vamos hoy?” o “¿qué vamos a hacer hoy?” esas son sus preguntas usuales, si vamos a algún lugar ella es la más feliz, la más emocionada, pero si le digo que no iremos a ningún lado, no se queda muy conforme, tenemos que ir aunque sea a la esquina. Luego se asea, escoge sus ganchitos del día y una vez lista, si su papá ya está trabajando en su oficina, de un brinco va a buscarlo, le toca la puerta, él abre y se funden un abrazo como si no se hubieran visto en mucho tiempo, un besito y bajamos a tomar desayuno, “¿papá vamos a jugar?”, “¿papá a qué jugamos?”, ella le pregunta, saltando, siempre saltando y así seguirá en lo que resta del día, jugando, corriendo por la casa, pero no le gusta hacerlo sola, por supuesto, “¿mamá vamos a jugar?, “juega conmigo”, me dice, “salta, salta pequeña langosta”, le canto y ella se ríe, cómo se ríe y salta.

jueves, 2 de abril de 2015

UNA SEMANA SANTA FELIZ


Ya estamos en semana santa o pascua, depende de como suelan llamarle, y el ambiente cambia, aunque no como en Navidad pero cambia, todos nos preparamos para aprovechar al máximo esos días feriados que no nos van nada mal, días todavía de sol, algunos se escapan de Lima, otros se quedan en casa a relajarse, pero todos buscamos que hacer y a donde ir, especialmente por los peques, pasar un tiempo en familia, a algunos los embarga un sentimiento religioso a otros no mucho, pero es una fecha especial de alguna forma, dependiendo del país y las tradiciones culturales o familiares de cada uno. Recuerdo que cuando era niña la semana santa me parecía un poco aburrida, soy sincera, y no creo ser la única de mi generación, aunque la parte buena era que no tenías que ir al colegio, pero a algunos niños se les prohibía salir a jugar, escuchar música o cualquier cosa que sonara divertido, mi mamá no nos prohibía eso, siempre fue un poco rebelde a las tradiciones, aunque creía en Dios, tampoco comíamos carne a insistencia de mi papá, sino pescado, aunque no se porqué si él nunca ha sido muy religioso, en fin, pero siempre cocinaban algo rico. Ah y no nos podemos olvidar de la programación de todos los años en la tele para estas fiestas, en una época sin cable ni internet (me siento un poco antigua jaja), no podíamos ver otra cosa que películas como Los diez mandamientos, Ben Hur, La vida de Jesús, etc y aunque las repiten todos los años confieso que me gustan, son una tradición, pero sin embargo lo que más me intrigaba de todo, a mi corta edad, era la crucifixión de Jesús, me preguntaba a mí misma, ¿porqué, si El era bueno, le hacían daño?, me impactaba mucho, me daba mucha pena, “Pobrecito” pensaba y no entendía, eran unos días un poco quietos y por momentos lúgubres también.

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