Y en mi meditación concluí que no se trata de ser perfectas, sino de ser la mejor madre que puedo ser, que no es lo mismo, tampoco se trata de tener la ropa y platos lavados y que la casa esté impecable y todo inmaculado, es mucho, pero mucho más que eso. Al final ¿qué nos hace ser buenas madres?, en esencia todas las madres sabemos que no somos perfectas, pero lo intentamos, honestamente queremos ser vistas de esa forma, hay cierta presión de fuera o de uno mismo, queremos ser la mejor, la mejor cocinera, la divertida, la sacrificada y hasta la super mamá, queremos ser las mejores, siempre dando consejos a diestra y siniestra y hasta cierto punto creo que es normal, claro que de aquí nacen luego nuestras culpas y temores, a mi parecer no seríamos mujeres ni mamás si no tuviéramos una inclinación natural de ser así, no creo ser la única en haber percibido cierta competencia entre mamás y la tendencia al juicio, muchas veces sutil; pero cuando dejamos de hacer esto cuánto nos beneficiamos unas de otras, pues todas pasamos por lo mismo, todas nos enfrentamos a los mismos retos de crianza.
Y cuando observo a cada mamá, tan diferentes entre nosotras, cada una con un diseño especial y único, cada una con su estilo me doy cuenta que, claro, no hay mamá perfecta, gracias a Dios, pero si la forma perfecta de ser una buena madre y esto surge del amor y el compromiso hacia nuestros hijos, siendo conscientes que no hay llamado más alto que éste, ama a tus hijos lo más que puedas y no trates de ser perfecta, ni lo intentes, pues tus hijos tampoco son perfectos, si ellos ven que tú puedes equivocarte, rectificar y volver a intentarlo, esa será una de las grandes lecciones que les darás en la vida.
Definitivamente nunca seremos perfectas pero sí perfectas para nuestros hijos, en el sentido que somos la mamá que ellos necesitan, en la medida que nuestros esfuerzos y dedicación vayan dirigidos a que desarrollen su personalidad, su potencial, su carácter, que sean las personas que Dios quiere que sean, la buena crianza siempre requiere sacrificio no madres perfectas.
Maricarmen
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