lunes, 4 de agosto de 2014

LA LACTANCIA PUEDE SER DIFÍCIL PERO NO IMPOSIBLE



Cuando salí embarazada, e incluso antes, el tema de la lactancia no me preocupaba mucho, aunque mi madre nunca tuvo mucha leche materna yo esperaba no tener ese problema, no pensaba que sería tan difícil, pero para mí lo fue. La lactancia era una de las cosas que daba por sentado y una experiencia que no me quería perder; siempre había escuchado y leído que "todas las mamás tienen leche" y creía que eso de "no tener leche o tener poca" era sólo un mito o cosas de mamás que no hacían el esfuerzo o que tenían un problema médico, pero que equivocada estaba.


Tuve un parto difícil, me hicieron cesárea de emergencia y mi hija nació prematura y con asfixia severa
(aquí te comparto mi historia), por ese motivo no pude empezar a amamantar desde el primer día, como era mi deseo, ya que ella no podía recibir nada, sólo suero, por la infección intestinal que contrajo al momento de nacer y yo por otro lado había contraído paperas así que no podía verla por temor a contagiarla. Pasaron diez días hasta que por fin pude ir al hospital y pensé ahora sí, pero no, sólo me dejaban pasar 30 minutos al día con ella que es lo permitido en Cuidados intensivos y sin contacto directo, yo la veía a través de su incubadora. Me explicaron que tendría que extraerme la leche con unos extractores esterilizados que el mismo hospital proporcionaba en un ambiente llamado lactario. Hasta aquí dije ok bueno vamos a ver ,me extraigo y ya, aún tenía calostro que es esencial para los bebés y no creía que sería tan difícil, para esto yo me venía extrayendo en casa para evitar la mastitis, pero no me salía mucho.

El primer día fue decepcionante, no pude extraerme más de 40 ml por vez (osea, poco más de 1 onza), esto lo realizaba 4 veces al día, lo bueno es que Ana Paula era tan chiquitita que tomaba menos de 30ml por toma cada 2 horas por lo cual lo que me extraía era exacto para ella . Pero ya se imaginarán mi frustración al ver lo poco que me sacaba, cada día era una lucha constante por llegar a la cantidad que ella necesitaba tomar, pues si yo no cubría su requerimiento diario ellos le darían fórmula y eso era algo impensable para mi, tan chiquita, tan delicada, ni hablar. Supongo que esto me ponía tensa y ese es uno de los factores que impide tener producción de leche, otras mamás me aconsejaban relajarme, que esté tranquila, y créanme que hice mi mejor esfuerzo. Fue allí que aprendí varios de esos secretos caseros para que aumente tu flujo de leche, como la quinua con cacao que llevaba todos los días en mi termito, abundante agua, paños de agua tibia, extracción mecánica, llegue a tener hasta 3 tipos diferentes de extractores en casa, ayudaron pero poco, la extracción manual también funcionó a veces, pero cada vez Ana Paula requería más leche. Pero a pesar de esto, gracias a Dios, hasta el último día que Ana Paula estuvo internada, pude extraerme la cantidad exacta de lo que ella necesitaba cada día.

Una vez ya en casa era otro tema, Ana Paula sólo sabía tomar en biberón, y si yo quería aumentar mi flujo de leche ella tenía que lactar, la lactancia del bebé aumenta la cantidad de leche, pero además yo no quería que dejara de tomar en biberón tampoco, porque ¿qué pasaba si yo no podía estar presente por alguna razón para darle de lactar? yo regresaría a trabajar al termino de mi licencia y ya lo había visto en mi sobrinita, si su mamá demoraba un poco, o por algún inconveniente no estaba a tiempo para amamantarla ella lloraba desconsoladamente y nunca aceptó el biberón. Que Ana Paula aprendiera a lactar y a la vez tomar en biberón, sin problema, me tomó 3 días de desvelo, paciencia e insistencia, además que al ser tan pequeña no tenía fuerza de succión, pero lo conseguí y ella lo logró. Me sentía tan aliviada y mi producción de leche aumentó, ella quedaba saciada y se mantenía en buen peso; y yo por otro lado me extraía leche para dársela en biberón y alternaba las tomas, (le daba pecho y biberón) aprendí a almacenar la leche, lo cual me ayudó mucho para cuando regresé a trabajar.

Ana Paula tomó leche materna exclusiva hasta los 4 meses y debo decir que el hecho de regresar a trabajar fue lo que afectó mi producción de leche, ésta fue disminuyendo poco a poco ya que los extractores no tienen el mismo efecto que la succión del bebé. Al 5º mes tuve que alternar sus tomas con leche de fórmula, no tuve otra opción pues su demanda aumentó y mi flujo disminuyó, y eso puede pasar, le dí Enfagrow por recomendación del pediatra. Esto hasta los 6 meses de nacida de mi hija, a partir del 7º mes sólo tomó leche de fórmula pues me di cuenta que era inútil, la ponía al pecho y no salía leche o sólo unas gotitas, ella se desesperaba y lloraba, así que para mi pesar dejé de hacerlo, aunque no puedo negar que sentí cierta nostalgia pues ya no tendría con ella ese momento madre e hija tan especial. 

Definitivamente la lactancia materna es primordial para los bebés, a pesar de que todo estuvo en mi contra para poder tener suficiente flujo de leche para mi hija y creo que hubiera sido otra historia en circunstancias más normales, pude con esfuerzo lograr proveer, aunque sea sólo por unos meses, la cantidad suficiente que ella necesitaba, por lo cual el pediatra siempre me dijo que eso fue lo que la ayudó a recuperarse tan rápidamente. Aunque sé que muchas veces y dependiendo de las circunstancias, hagas lo que hagas no aumenta el flujo, pues eso puede pasar, aunque no nos crean algunas mamis que no han tenido este inconveniente, sigue intentando, aunque sea poco, eso le va a hacer mucho bien a tu bebé, la leche materna es lo que le provee las defensas y los nutrientes que necesita su organismo y es que no hay fórmula, por más buena que sea, que se compare a los beneficios de la leche natural de mamá. Gracias a Dios por la bendición de la leche materna.


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