Cuando Ana Paula estaba bebita y hasta los dos años y medio, más o menos, uno se sus pasatiempos favoritos era mirar libros, revistas o cuentos, así chiquita se entretenía por largo tiempo mirando las figuras, pasando las hojas con sus manitos todavía torpes, si yo quería que comiera ponerle un cuento era una de mis estrategias y se quedaba concentradísima y de pasadita comía todo, sin embargo, aunque le encantaba mirar los libros no le gustaba mucho escuchar la historia, o sólo un poco y ya, ahora ya ni siquiera le llama mucho la atención mirar las figuritas, a perdido el interés y si en alguna ocasión he querido leerle no me presta más de 5 minutos de atención y se va a jugar a otra cosa. Pero ¿cómo a una hija mía no le van a gustar los libros?, si yo de niña era una ávida lectora, no había cumpleaños que no recibiera algún libro de cuentos y es que ya me conocían, mi abuelo, mi madre ratones de biblioteca y mi hermana docente de lengua y literatura. Aunque mi hijita todavía no sabe leer, el amor por los libros es algo que me interesa que ella adquiera, que deje volar su imaginación al escuchar un relato, pero ¿cómo lograrlo?.
miércoles, 29 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
NO HAY DOS MAMÁS IGUALES
Desde que sales embarazada e ingresas a ese mundo desconocido de la maternidad que de repente en algún momento te lo imaginaste y no era nada parecido sino que mucho más bello y mucho más desafiante, una de las cosas que puede llegar a angustiarte es: ¿Seré una buena madre? y para colmo de males siempre encontrarás opiniones que te harán sentir que “no lo eres”, porque realizas o no alguna práctica de cuidado y crianza determinada como si eso fuera a definir lo buena o mala madre que eres, como si todas tuviéramos que seguir el mismo patrón. Pero así como cada niño es diferente y único, cada mamá también, cada una con ese diseño único, especial, con habilidades, intereses, talentos, personalidad y experiencias particulares. Me gusta pensar que no es casualidad que tengamos diferencias, no es cuestión del azar sino que es en esa diversidad que nos enriquecemos unas de otras, aprendemos a aceptarnos y aceptar a los demás, aprendemos a convivir y nos complementamos. Las personas no somos hechas en masa, en una línea de producción, si todas las mamás fuéramos iguales que aburrido sería no?
martes, 14 de octubre de 2014
MAMI, ¿ME COMPRAS?
martes, 7 de octubre de 2014
MAMÁ NO HAY MÁS QUE UNA
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