“Quisiera que mi hijo ya crezca para hacer más cosas con él” o “que crezca para que ya deje los pañales o la teta”, cuántas veces escuchamos o decimos estas cosas, y no sé a qué se debe, pero algunas veces tenemos ese deseo de que el tiempo pase rápido, que ya pasen los terribles 2 y luego los terribles 3, que ya caminen, que ya hablen. A veces queremos que crezcan y otras que no crezcan, en fin, ¿quién nos entiende? Recuerdo que cuando Ana Paula era bebita en algún momento lo pensé, veía a otros padres con sus hijos más grandes jugando en el parque, mamis con sus hijas comiendo helado y entonces me encontré a mi misma soñando con el día en que ella haga lo mismo, que corra por la casa o que hable y conversemos (sin imaginarme que eso es lo que hace ahora incansablemente tooodo el día). Es muy común ese deseo, y no es que sea algo malo, pero me di cuenta que al desear o pensar así, no estaba poniendo atención al momento, ni disfrutando esa etapa en particular de la vida de mi hija, es decir, me la estaba perdiendo, la vivía pero no la disfrutaba, no la saboreaba con todos sus altos y sus bajos, pues cada etapa tiene sus matices y cada fase es única, ésta pasa rápido y no vuelve a repetirse, todas las etapas llegan a su fin. Una vez leí esta frase, que cambió mi percepción y siempre vuelvo a ella para no olvidarme de esto:
miércoles, 27 de mayo de 2015
sábado, 23 de mayo de 2015
SONRÍE A LA CÁMARA
Me arrepiento de no haber disfrutado ese momento cara a cara con mi hija por querer capturar el “momento” en video con mi celular, ¿algo irónico no? por capturar un evento especial de la vida de mi hija me perdí de disfrutar el instante, de vivirlo y compartirlo con ella. Me pasó hace poco en la celebración por el Día de la Madre del nido de Ana Paula, como yo no sabía cómo iba a reaccionar ella si me veía en el momento de su presentación, traté de pasar desapercibida, no quería que suceda lo de actuaciones anteriores, que por verme le dé roche, que le dé vergüenza y al final no baile ni nada, no quería que pase eso, pero cuando su salón salió a bailar no me di cuenta que mi hijita sí quería verme, que me buscaba con la mirada y con una sonrisa de oreja a oreja, eso sí lo tengo en foto y grabado en video, pero yo no me di cuenta, ¿porqué? porque mientras ella me buscaba sonriente yo estaba prácticamente oculta detrás de mi celular, me veía pero no veía mi rostro y tampoco una respuesta de mi parte a su alegría. Yo estaba allí pero de alguna forma no estaba, mi obsesión por grabar cada momento evitó que preste atención, que responda adecuadamente a su emoción, fue sólo un instante, una sonrisa, una sensación perdida.
jueves, 7 de mayo de 2015
A LA MEJOR MADRE DEL MUNDO...MI MAMÁ
martes, 5 de mayo de 2015
20 COSAS SOBRE MÍ
- Soy una amante del arte, el dibujo y el diseño, es mi pasión, incluso más que escribir, es mi sueño desarrollarme profesionalmente en esa área.
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