Siento que no estamos disfrutando la navidad, este ritmo acelerado nos distrae y aunque muchas veces no es intencional, la navidad ya se ha convertido en un ritual, una tradición o una obligación social, en un momento de dar y recibir regalos y eso es lo que les estamos transmitiendo a nuestros hijos, creo que esa es la razón por la que llegados a la adolescencia el cuento de hadas terminó para ellos y no les queda más que el recuerdo y ningún legado espiritual. Pero la navidad no es sólo para los niños ni para los ricos, eso lo inventó el mercado. Pero recordemos lo que los ángeles anunciaron: “que eran buenas nuevas de gran gozo para TODO el pueblo”, un niño nacido en la más absoluta pobreza, El vino a identificarse con el hombre, con el rico y con el pobre.
Recuerdo mis navidades de niña en esos años terribles en nuestro país, muchos también deben recordar (si tienes mas de 30), navidad con apagón, sin luces de colores, con sonido de bombas (no de cohetes) a lo lejos, la familia reunida a la luz de las velas, aunque yo no entendía la realidad de lo que estábamos viviendo con el terrorismo y la crisis, tengo lindos recuerdos de esta época, nunca nos faltó un regalo y uno era suficiente, un niño es feliz si la familia esta junta, no éramos una familia perfecta pero estábamos juntos, no habían celulares que cortaran la comunicación, todos hablábamos, y también recuerdo el lindo nacimiento de mi querida abuelita materna preparaba, me quedaba largo tiempo observando cada detalle, cada animalito y a la sagrada familia, tratando de imaginar cómo fue la historia real de la navidad y es en este contexto con mi poca comprensión de Dios sólo podía entender una cosa, que un día Jesús vino por nosotros y que me amaba, yo solía hacer algo y es la primera vez que lo cuento, era mi costumbre salir al patio de la casa, mirar al cielo y dar gracias a Jesús, y eso hacía mis navidades aun más significativas; creo que un niño necesita conocer la verdadera historia de la navidad, una historia de amor que trasciende este tiempo y trae esperanza en medio de cualquier situación. Esto es algo que anhelo sea la experiencia de mi hija también y que quede en ella como un legado para toda la vida.
La primera Navidad en Belén pasó desapercibida, sin cohetes, ni luces, ni intercambio de regalos; si bien son detalles que hacen especiales estas fiestas, la cena en familia, los momentos inolvidables, el ambiente festivo y las demostraciones de afecto y amor, que tal si el principal acontecimiento que celebramos no siga pasando desapercibido tal como hace 2000 mil años atrás. Creo que si queremos que nuestra navidad sea diferente y significativa hagamos lo que hicieron los pastores, pasemos por Belén para ver qué sucedió, qué es esto que Dios ha hecho por nosotros. ¿Y tú estás viviendo o sobreviviendo a la navidad?
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