miércoles, 28 de enero de 2015

POR MI CULPA, POR MI GRAN CULPA


Soy culpable, soy culpable de sentirme culpable, hago un mea culpa, sin embargo no siento culpa de este sentimiento de culpa, no, no me enrede con mis palabras y es que este tema ha estado dando vueltas en mi cabeza y yo siempre, la introspectiva, quiero entender de que se trata todo esto. Me doy cuenta que en ocasiones lo he sentido, lo sentí cuando ya no tenía leche y empecé a darle fórmula a mi hija, cuando perdí la paciencia con sus rabietas o cuando no tengo ganas o tiempo para jugar con ella, etc, ya saben; sentir que no cubres las expectativas de una buena madre, ese sentimiento de incapacidad, de haber fallado, no importa si eres mamá trabajadora o que se queda en casa, lo sentirás, tarde o temprano pero ¿sabes qué? es normal. Esta vendrá de afuera o de uno mismo y te sentará en el banquillo de los acusados, pero en nuestra defensa ¿qué puedo decir? la culpa no es tan mala saben, esta es un indicativo de algo, que tus hijos te importan , que los amas tanto que quieres lo mejor para ellos y tú quieres ser eso, la mejor y allí es donde la realidad nos tira al piso, porque te das cuenta que eso es imposible, no somos perfectas y entonces, la culpa aparece producto de la frustración, porque no somos como quisiéramos o como deberíamos o como dicen que tenemos que ser.

miércoles, 21 de enero de 2015

MAMÁ EN MODO ZOMBIE


Tengo mis días, días buenos, muy productivos en los que me siento con full energía pero, nosé ustedes, desde que soy mamá también tengo mis días en los que simplemente no me dan ganas de hacer nadaaa, en el sentido exacto de la palabra NADA; quedarme en cama y dormir más, no cocinar, ni limpiar, ni siquiera jugar con mi hija, sin cosas que hacer, en verdad, son días en los que sólo quisiera que me traigan el desayuno a la cama, pedir delivery, dormir, no mover ni un dedo, pero no puedooo, simplemente tengo que hacerlo, soy MAMÁ, amo a mi hija, pero eso no impide que lleguen esos días en los que me convertiré en una mamá en modo zombi, a lo “walking dead”, (bueno no tan creepy) y sin lo apocalíptico y no se preocupen que no dura mucho, es reversible. Me empecé a dar cuenta que estaba en modo zombie no hace mucho, pero pensándolo bien esto ya venía de tiempo atrás, y no me había dado cuenta hasta que mi esposo me lo hizo notar, me hizo reír y es que es verdad, bueno a veces las cosas que nos trae la maternidad y que nos superan hay que tomarlas con humor, no esta mal reírse de uno mismo de vez en cuando, hasta es bueno para nuestra salud mental, porque no me van a negar que a veces nos ponemos medias locas, medias zombies... 

martes, 13 de enero de 2015

PONTE EN LOS ZAPATOS DE TU HIJ@


El otro día estaba con mi hija haciendo compras en el mercadito del barrio y pude observar a una mamá con su pequeño de unos 2 años, el cual lloraba evidentemente fastidiado, la mamá se disponía a sentarse a comer un plato de cebiche en un puesto y su bebé la jalaba, lo que motivó a que la mujer con enojo le dijera “pórtate bien”; bajo el calor sofocante del mediodía el niño estaba visiblemente cansado y con calor. Viendo las cosas desde afuera es fácil juzgar a la mamá, después de todo no era justo para el niño, y claro que no era justo, pensaba, cuando en eso como si de una vocecita interna se tratara, me dice: ¿y tú?... ¿yo? nunca hice algo así, alegué y un recuerdo se asomó en mi memoria, un evento que sucedió hace un tiempo; estaba sirviendo el almuerzo a mi hija y accidentalmente ella deja caer todo el vaso de refresco al piso, acto seguido yo reacciono muy enojada y le grito, y pude recordar claramente la vocecita llorosa de mi hija en ese entonces de 3 años diciéndome en su media lengua: mamá ¿peo poque te moletas?..., recuerdo también haberme sentido muy mal, pues ella tenía razón, o ¿es que a mi nunca se me cayó un vaso de refresco?. Aunque no es la misma situación que la de la mamá y su niño, si tienen algo en común, que fui injusta, no me puse en los zapatos de mi hija.

martes, 6 de enero de 2015

ESE BRILLO EN TUS OJITOS



Ese brillo en tus ojitos, ese brillito que tienen los niños, llenos de vida, llenos de inocencia,
ese brillo en tus ojitos llenos de ganas de vivir, de asombro y curiosidad, de energía, de amor, ese brillo de alegría y entusiasmo, de confianza en los demás, que no conocen la maldad de este mundo, esa mirada tierna, que sabe lo que es ser amada y que no ha conocido la injusticia y el dolor del alma, que no entiende de discriminaciones, envidias, ni rencores.

Ese brillo en tus ojitos, que ilumina mis días y mis noches, y a través de esos ojitos puedo ver tu corazón de niña, inocente, cándida, transparente y tu mirada me transmite paz, dándole sentido al sinsentido, fuerzas que me impulsan a seguir, recordándome que la vida es maravillosa y que soy muy amada.

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