Estas son las cosas que pensé que no haría como madre hasta que me convertí en una y pasé de la teoría a la práctica:
- No dejaría que dibujen en las paredes, pues algunas de las paredes de mi sala no sólo están pintadas sino que tienen una gran variedad de stickers pegados, desde mickies, Dora, etc. Todo empezó el día que con una sonrisota y llena de orgullo me enseñó su obra de arte, y yo una amante del arte me convertí en su fan Nº1. Las paredes se pueden pintar más adelante, así que por ahora la sala (sólo la sala) es su área creativa.
- No tendría la sala (o la casa) llena de juguetes, esta es buena, pues si vienen a mi casa no sólo ya no tengo sala, sino que cada vez que tengo visita me dicen que mi casa parece un Nido, pues gracias. Confieso que de niña me hubiera gustado tener un espacio así y al no tener una habitación para ese fin nuestra sala es nuestro lugar de juegos.
- No televisión por más de 2 horas diarias y menos celulares o tablets, ni hablar la verdad que sólo estamos las dos en el día así que digamos que la Tv nos acompaña, y por cable hay unos dibujitos super buenos y educativos, no como los de antes. En cuanto a celulares y tablets tiene definido sus momentos, pero si necesito desesperadamente que se quede tranquila es mi salvavidas.
- No le haría caso cada vez que llorara por cualquier cosa o si hiciera berrinches, según algunos “estudios” se cree que no es malo dejar llorar a un bebé, que lo que quieren es manipular, que lloran por engreídos, bueno, cuando tuve a mi hija su llanto era el sonido más angustiante para mí, nunca he podido permanecer indiferente a este, y al final siempre tenía una razón de ser. Conforme va creciendo, no faltan los berrinches y caprichos y aunque le llame la atención y la discipline, al final siempre consuelo su llanto.
- No permitiría que juegue mientras come, pues a estas alturas si tengo que pararme de cabeza con tal de que se alimente, lo hago, si me entienden las madres que tienen hijos difíciles para comer. No es que no coma nada, pero si lo hace es justamente porque algunas veces hemos tenido que recurrir a esto.
- No tendría mi casa desordenada, si claro, ahora entiendo la frase: "el trabajo de una madre nunca termina", y es que NO termina, siempre hay algo que limpiar, que lavar, que guardar, que ordenar y la verdad es que las 24 horas de un día no son suficientes y en ocasiones he tenido que escoger entre lavar los platos o pasar un momento con mi hija, y pues los platos pueden esperar un poco.
- No me enojaría, ni perdería la paciencia, todo lo arreglaría con una conversación, haciéndole entender a mi pequeñín que eso no se hace....(bueno, aquí si me llevo el premio a la ilusa del año). No importa cuánto deseo que eso no pase, pasa inevitablemente y creo que es necesario que mi hija sepa cuando algo me enoja, con justa razón, pero también tengo que manejar mi enojo y ponerme en sus zapatos.
- No le daría leche de fórmula, esta es una de mis mayores decepciones, en mi caso las circunstancias en los primeros meses de nacida de Ana Paula no me permitieron tener una lactancia exitosa sino sólo hasta los 4 meses, luego vino la fórmula. Mi experiencia con la lactancia me ha enseñado a no juzgar a otras mamás por darle fórmula a sus bebés.
- No dejaría de salir e ir a los lugares y a las reuniones que solía, pensaba que tener un bebé no debería limitarte, hasta que descubrí la realidad, pues salir con un bebé requiere toda una logística, preparar su maleta, biberones, mudas de ropa, pañales, coche, etc, etc requiere un esfuerzo, que la verdad, no me daban ganas de ejercer muy seguido. Cuando fue creciendo su instinto de exploración y curiosidad no le permitían quedarse en un sólo lugar, tanto así que en ocasiones nos hacía tremendas escenas por no dejarla hacer lo que quería y luego de que mi esposo pasó el roche de su vida cuando se le acercó un policía, creyendo que algo le hacía a mi hija por los gritos que ella daba, nos hizo pensarlo dos veces antes de decidir salir a algún lado.
De repente algunas no estarán muy de acuerdo conmigo en algunas de mis decisiones y está bien, después de todo cada una es libre de dar a sus hijos el ambiente que crea más conveniente para su desarrollo y manejar cada etapa lo mejor que puedan, según sus propias formas de crianza, al final cada niño es un mundo, y lo que funciona con uno no es lo mismo con otro, por lo que creo que es importante conocer a nuestros hijos, e ir aprendiendo de la propia experiencia. Seguro que con el tiempo iré añadiendo otras cosas que aún pienso que no haría con mi hija en el futuro, aunque ya he aprendido a no adelantarme, ni hacerme ideas hasta que llegue el momento de enfrentar cada situación, seguir mi instinto, pedir consejo y rogarle a Dios por sabiduría. Y tú? qué cosas pensaste que no harías como madre para luego terminar haciéndolas?
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